No existen maderas de mala calidad…Existen maderas sin adecuado proceso de secado o maderas en servicio incorrectamente seleccionadas. Esta es la conclusión a la que he llegado luego de 22 años de trabajo en la industria maderera, solventando deficiencia propias y aprendiendo de las dificultades de las empresas que le apostaron a la tecnología desarrollada por el suscrito, para secar madera.
En el año 2005, entró en vigencia la Norma Internacional de medidas Fitosanitarias NIMF15, que como medida para disminuir el riesgo de introducción y/o dispersión de plagas cuarentenarias asociadas a la madera, obligó a que toda madera con destino al comercio internacional sea esterilizada. Según mi criterio, el factor más relevante de la vigencia de la norma NIMF 15, fue asociar el procesamiento de la madera con métodos térmicos de esterilización y desecación, con los cuales se evidenciaron las auténticas propiedades físico-mecánicas de la madera. Ante la necesidad de dar cumplimiento a la norma vigente, por física necesidad, le aposte al diseño y construcción de una cámara de secado, totalmente colombiana y basado en el principio físico del control de equilibrio higroscópico, usando como fuente de generación de calor, energía solar y biomasa proveniente de los desperdicios del proceso, diseño que también incluyó un controlador del proceso. Luego de haber certificado el primer horno de esterilización y secado de madera ante el Instituto Colombiano Agropecuario-ICA, y así certificar con la Norma NIMF-15 a los embalajes con destino al comercio internacional, tuve la oportunidad de construir 30 secadores a lo largo de todo el país; cada secador y cada empresa atendida fue un aprendizaje que me permitió concluir, que la madera se debe secar bajo un elemental concepto “a la madera dispuesta en una cámara, se le debe secar bajo las condiciones que ella va requiriendo”, disímil a cientos de curvas o programas de secado por tipos, medidas y densidades de maderas, las cuales están disponibles en la literatura técnica.
La hegemonía de la madera pino, perdió vigencia hacia el año 2008, cuando se logró la actualización de los normas técnicas colombianas para elaboración de empaques industriales y secado de madera, cambiando la especificación “tipo de maderas” que en ese momento estaba reducido a un listado de especies comerciales, por “maderas de mediana y baja densidad”. Esto abrió una gran oportunidad para las maderas mal conocidas como “ordinarias “ y de poca aceptación en el mercado, precisamente por la ausencia de procesos adecuados de secado y tecnología ajustada a las necesidades del país.
En el año 2010, llegue a Santander para prestar asistencia técnica en secado y preservación de la madera, y haciéndome eco del slogan “El que pisa tierra santandereana es santandereano” para el año 2014 habíamos logrado que Bucarretes SAS BIC sea una empresa 100% de mi familia, orientada a dar como valor agregado, un adecuado manejo de los residuos sólidos que se generan en los procesos productivos de nuestros clientes, lógicamente esta orientación permitió ganar confianza en ellos, e introducir paulatinamente en nuestros productos maderas nativas y agroforestales.
Desde el año 2020, establecimos un acuerdo comercial con la firma Café Mesa de los Santos propietaria de Hacienda el Roble y en menor escala con campesinos de San Vicente de Chucuri, que nos permitió incluir en la elaboración de nuestros productos aproximadamente 100.000 pies de maderas como el Galapo, Tambor, Nogal cafetero, Higuerón, Ceiba honga, etc. Destacamos la fabricación de carretes o riles para enrollar cable, con capacidad de carga de hasta 3800 kg, contexto suficiente, como para considerar que se ha hecho una validación industrial de las maderas nativas provenientes de una explotación sostenida de bosques naturales y Agroforestales .
Hoy orgullosamente quiero contarles que nuestro propósito de convertir las maderas agroforestales que dan sombrío a cultivos de café y cacao, en protagonistas de la reactivación económica regional en la post-pandemia, nos ha traído grandes satisfacciones como ser finalista del concurso de innovación más importante del oriente colombiano “ Innovadores de Santander” en las categorías empresa e industria-año 2020 y en sostenibilidad ambiental año-2022. Incursionar a la explotación directa de bosques para optimizar el aprovechamiento del árbol en pie y mejorar ingresos de las comunidades con vocación agroforestal; sumado a la decisión de reforestar una finca con la especie maderable Tambor, es nuestra contribución a un mundo descarbonizado y nos va aclarando el camino hacia el desarrollo regenerativo.
Plasmar todo lo avanzado en uso de maderas nativas y de sistemas agroforestales en el Proyecto “Tambores para el Desarrollo Regenerativo” ahora nos tiene con la inmensa satisfacción de ser finalistas en la categoría “Sustainable Farming & Food Production” de Premios Verdes, el evento de sostenibilidad más relevante de Iberoamérica.
Girón, Santander 4/2/2023
Giovanni Marcelo Patiño Ledesma